lunes, 27 de mayo de 2013

Mentiría si dijera que no sonrío, mentiría si dijera que me alejé de él, mentiría si dijera que no hablo con él todos los días a todas horas.
Me encanta que me haga sonreír, saber de él, conocerle, ir a buscarle a la salida del trabajo, que me acompañe a casa en un paseo que tan solo dura 15 minutos, y con eso nos basta.
Cada día conozco un poco más de él y cada día él se interesa un poco más por mi, me pregunta por toda clase de duda que tenga acerca de mi, y quizá sea eso lo que me gusta, que nunca veo una mala cara de cada cosa que le cuento sobre mi.
Reconozco que parte de la culpa, por no decir la mayoría, de que estemos ahora así es mía. Por no parar esto a tiempo... pero aún recuerdo la última vez que alguien me hacía sonreír así, que me hacía sentir tan agusto tan solo con su presencia... y no me pasa con cualquier tío que pasa por mi lado.
Comprensivo y paciente respecto a esperar, eso le da bastantes puntos. No para de repetirme cada cierto tiempo que jamás se interpondrá entre dos amigas; aunque también avisa que no sabrá cómo estarán las cosas de aquí a un tiempo, pero sabe y entiende que hay que esperar.
Estamos en el standby, esperando a que se nos ilumine la virgen o algo.... pero... reconozco que... me hace sonreír y mucho.... ^^"

sábado, 4 de mayo de 2013

Una vez más, soy el perfecto ejemplo de cómo no confiar en una amiga. Parece que no aprendo.
Esto me hace plantearme qué clase de persona soy, cómo considero las amistades, porqué la cago tantísimo una y otra vez sin aprender. Será que mis grandes antecedentes de las amistades no me han dado mucho pie a "portarme bien" y ahora, teniendo unas amigas asentadas y bien asentadas sigo sin cambiar.
Será que cada uno tenemos una forma de ser diferente? No me gusta como soy, cada día el intervalo entre cagadas es menor y cada vez la cagada es más gorda que la anterior. Esta última se lleva la palma, aunque... no sabría qué decir.
Han pasado 8 días desde que sucedió, 7 desde que hablé con ella y 5 desde que hablé con él. Y no consigo quitarmelo de la cabeza, a él, por supuesto...
Recuerdo el instante en que me besó como si hubiera sido hace unas horas. He estado analizando cada paso que hice con él antes de lo que pasó, cuando me cogió de la mano para llevarme a la otra punta del bar para invitarme a un chupito, ¡¿de la mano?!, últimamente andaba lanzando comentarios algo extraños que no quise interpretarlos como debería haberlo hecho, quizá el tomarnos aquel chupito fue el detonante. Me encontraba muy agusto con él ahí, en la barra del bar hablando de todo. Hasta que se lanzó a besarme.. y algo en mí dió un golpe, como si derrepente dentro de mí algo estubiera sonriendo. Por un instante me vino a la mente mi amiga, miS amigaS... en ese momento no quise comprender el lio en el que me acababa de meter... hasta que salí y el problema fue como si me diera un bofetón en toda la cara.
Pero todo esto viene de tiempo atrás... no mucho, pero sí que debo remontar a unas semanas atrás.
Semanas antes de que mi amiga se liara con él, me empezó a interesar uun peliiin él. Había empezado a hablar un poquito más con él que no fueran los cuatro empujones en Desastre y me gustó lo que empecé a conocer... (Aclaro que hace 5 días él me reconoció lo mismo que aquí explico pero viceversa...). Se lió con ella y estuvieron así así, pues no me importó, tan solo lo dejé correr y pensé un.. "no es nada, se me pasará". Conocí a un chico que sí, es muy mono y en otro momento.. habría sido algo quizá, pero no ahora.
Ella se fue de nuevo, al erasmus. En todo este tiempo no habíamos perdido contacto, hablabamos menos y conversaciones más banales pero.. ahí estaba, tras un tiempo.. empecé a "sospechar" que la relación que empezaba a tener yo con él era más amplia, cada día lo conocía más y más, día tras día hablando y hablando... volvió a brotar la chispa de semanas atrás. Culpa mía seguí su juego y... los últimos días estaba más "lanzado" que de costumbre. Hasta que esa noche de golpe los "quizás" desaparecían así como iba viendo los actos de él. Jamás él me había agarrado de la mano, me había llevado de propio a la otra punta del bar, hasta tiene (y digo tiene porque todavía no me lo ha dado) un supuesto regalo para mi... en fin que... asumo parte de culpa por dejar que pasase puesto que yo quería... pero algo me decía que no, no era posible.
El momento en que me besó... no fue un beso frío como puedes darte en un momento dado con un tío con el que acabas de ligar, fue... algo, fue... eso que yo llevaba oculto tanto tiempo y no había asumido.
Pero este "sentimiento" no afloró hasta que él no me dijo que estaba en la misma situación, que se interesó en mi mucho antes,  y que... a pesar de no querer nada con nadie, tuvo la "mala suerte" de querer conocerme a mi...
No sé donde irá a parar todo esto, pero... mi cabeza no quiere asumir que automáticamente mi decisión está tomada, y si tenemos que olvidar lo que pasó, no me gustará...